Había una vez un gatito que se perdió en la ciudad. Hacía frío y tenía miedo. Una niña que paseaba con su padre lo vio y le dio pena y se lo llevó a su casa. Le dio de comer y lo abrigó.
Al día siguiente, el gatito no dejaba de llorar porque quería estar con su mamá.
La niña la buscó y el gatito fue feliz.
Elena
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