Érase una vez una princesa muy presumida, quería que todo el mundo en el reino hiciera todo lo que ella quería. Todo el reino estaba a su servicio. Hasta que llegó un príncipe y le dio una lección de humildad. La princesa se enamoró del príncipe y se hizo humilde; era buena con todo el reino, y así llegó la paz. El príncipe se enamoró también de ella, se casaron y todos fueron muy felices.
Lucía
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